Que el vestuario madridista no es una piña no es ningún secreto. Sus 'habitantes' se esfuerzan en desmentirlo con afirmaciones y con gestos de cara a la galería. Pero la 'cocina' merengue es un hervidero de egos en el que cada cual va a su aire, al amparo de un reducido grupo de allegados que acaban convirtiendo la caseta en un auténtico galimatías.
La última muestra la tenemos en la lista de invitados que Iker Casillas y su pareja, la periodista Sara Carbonero, están ultimando para su próximo enlace matrimonial, este verano. Según reveló ayer Esteve Calzada, máximo responsable del departamento de marketing del Barça en la era Laporta, a través de twitter en dicha relación figuran más jugadores blaugrana que madridistas: 'Me cuentan q iker casillas ha invitado a su boda a más jugadores del barça (puyol, xavi, iniesta, cesc) q del real madrid (alonso, ramos, arbeloa)', era el tuit difundido por el ejecutivo a través de su cuenta.
Masivo interés
El aluvión de mensajes pidiendo más información fue tal que Calzada se vio obligado, algo más tarde, a pedir 'por favor, no me preguntéis más por mi tuit sobre boda casillas. Me llegó la info y la compartí con vosotros, pero no soy periodista de prensa rosa! Y no es frivolidad tampoco. Quien me lo dijo merece mi total credibilidad. Corto y cierro sobre este tema!'.
No está en la lista Cristiano Ronaldo, por ejemplo. El portugués no mantiene, pese a las imágenes de Cibeles, una relación especialmente estrecha con el capitán merengue. Recordemos que un comentario de Carbonerosobre CR7, a quien tildó de individualista, abrió una profunda brecha entre el crack blanco y el guardameta, que sólo se cerró, al menos oficialmente, tras la intervención personal de Florentino Pérez.
¿Adiós inminente?
Hoy, las imágenes de ambos compartiendo palco en el Open de Madrid como la que ilustra esta página sólo se encuentran en los archivos. Y con su lista de invitados blancos, Iker se alinea clarísimamente con el 'clan español' del vestuario del Bernabéu, ignorando olímpicamente al resto. ¿Será porque ya no le importa ni tan siquiera guardar las apariencias, ante un inminente cambio de aires?
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