miércoles, 16 de febrero de 2011

SARA CARBONERO Y RONALDO TAN AMIGOS

Miriam Rubio escribe lo siguiente en Vanitatis:
No habla de su vida privada. Tampoco quiere saber nada de la prensa rosa, sin embargo su contrato como imagen de la firma Pantene, hace que una vez cada muchos meses Sara Carbonero tenga que ponerse ante los medios y escuchar esas preguntas que tan poco le gustan y a las que nunca responde. Ayer fue uno de esos días y el resultado fue el de siempre: silencio en lo personal.

Vestida de blanco, con un color más claro en el pelo y visiblemente más delgada que cuando comenzó a ser mediática –aunque dice que ya ha “recuperado algo de peso”-, se presentó ante los medios para contar todo y a la vez no contar nada. Pero da igual lo que diga o haga, todo lo que lleva el sello Carbonero está de moda y vende.

Comenta que está feliz y que sólo habla de su faceta profesional, pero durante las horas que pasó en la tarde de ayer haciendo entrevistas volaron las preguntas sobre su vida personal. La primera, sobre su 27 cumpleaños. “No voy a contar como celebré mi cumpleaños, ya lo contáis vosotros” dice con sorna a Vanitatis cuando le preguntamos por ese día.

Sin embargo entre líneas, tras contar que sus regalos han sido “los típicos” –como ropa, una maleta o “un despertador gigante”- deja escapar que no ha habido distinción con la celebración del año anterior. “La diferencia la podéis apreciar vosotros desde fuera, desde dentro mi vida sigue siendo igual. Y es curioso; celebré el cumpleaños igual, con la misma gente, también con gente nueva, evidentemente, pero los de siempre estaba ahí: mis compañeros de Marca, de Telecinco, de LaSexta, mis amigas de toda la vida… desde fuera puede parecer que ha habido un cambio muy radical, pero mi día a día sigue siendo igual.”

Los acercamientos a su vida sentimental son tímidos. Asegura que no echa de menos el centro de Madrid ahora que se ha mudado a Boadilla del Monte, donde comparte casa con Iker. “Es diferente, llegaba antes a la tele”, bromea. “Tardaba menos, pero son fases. No lo echo especialmente de menos, estoy a gusto”.

Dice que aún es joven para pensar en ser madre. Que se considera una mujer casera –“me estoy haciendo mayor”, bromea-, igual de celosa que “todo el mundo” y romántica, aunque eso de celebrar San Valentín no va con ella. “No me gusta el rollo material. No, no es un día que yo vea que sea muy especial”, comenta. Eso sí, este ha sido “muy bonito”, reconoce con una sonrisa tímida intentando zanjar la conversación.

Destaca en su mano un anillo, aquel famoso Cartier que tanto ha dado que hablar sobre si era el de compromiso por aquello de la frase del ‘futuro marido’ que deja en el aire al afirmar que eso "lo ha dicho la prensa". La alianza “no es un auterregalo, es un regalo, pero es de antes de mi cumpleaños” dice por toda respuesta sobre su procedencia, antes de reiterar por enésima vez la separación entre lo personal y lo profesional.

La tarjeta rojas, reconciliaciones, publicidad y los TP

Por eso no le importa opinar sobre la expulsión de Iker el pasado domingo. “Un lance del juego más. Una falta fuera del área, el árbitro lo vio y fue roja. Es verdad que no fue una entrada sucia, pero bueno, fue roja”, comentaba. Sobre el Real Madrid poco más, sólo aclarar el tema de la supuesta reconciliación con Cristiano Ronaldo tras sus aportaciones como periodista deportiva sobre el juego del portugués. “No hubo nada, ni paces ni no paces, yo tengo que hablar de deporte que es de lo que llevo haciendo ya unos años, pero de verdad que no ha habido reconciliación porque no hubo ningún problema”, explicaba.

Sobre su nominación a los TP como mejor presentadora asegura que “es una muy buena noticia, es lo que más me llena, porque encima es algo profesional y si la gente te sigue y te vota… pero soy sólo candidata”.

Cuando le preguntamos si cree que su nominación se debe a su popularidad o a si ha hecho méritos para lograrla contesta rotunda: “Si la gente te vota… el mundo de los gustos es muy relativo, yo a lo mejor no tengo tantos años de trayectoria como otra gente, pero méritos creo que sí. En mi día a día he hecho como todo el mundo, defendiendo tu trabajo y si la gente elige quién soy yo para decir nada”.

Hace tiempo dijo que no sería una mujer anuncio, sin embargo, el perfil Carbonero cotiza a la alza y un gran número de firmas quiere contar con ella. “Bueno, al final no soy ni la primera ni la última presentadora que hace publi, y es una faceta más de mi trabajo” afirma para situar la publicidad en ese icosaedro que es su compleja y fotografiada vida.

En otra de las facetas se sitúa su colaboración con la revista Elle, que dice, le gusta mucho. Pero sus aspiraciones, por el momento no pasan por dar un paso más en la moda. “No, no, deporte, deporte”, sentencia la toledana. No será pues durante esta edición de Cibeles cuando la veamos caminando sobre la pasarela como aparición estelar en algún desfile. Aunque con Carbonero y su huracán

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